Adentrarse en los entresijos de la historia puede ser muy divertido para los niños, siempre y cuando se haga de manera activa y participativa. Hacerles preguntas, contarles anécdotas y mostrarles objetos acaba minimizando la abstracción que para ellos puede suponer hablar de tiempos tan lejanos como el Paleolítico y el Neolítico.
Salir de las aulas de vez en cuando debe ser una obligación, especialmente si se trata de visitar un museo. Los niños son curiosos por naturaleza y les encanta saber. Si unimos esa curiosidad innata y una visita a un museo… el éxito está asegurado.
Es por eso que nuestros alumnos de 1º y 2º de primaria han realizado una visita al museo Maga, el museo arqueológico de Gandia con los siguientes objetivos:
- Conocer su entorno más próximo.
- Aprender cómo vivían los primeros pobladores de nuestras tierras.
- Desarrollar habilidades manuales relacionadas con la cerámica.
- Fomentar tanto la inteligencia espacial, como la interpersonal.
En esta ocasión nos hemos convertido en los primeros pobladores de la tierra y hemos realizado una pequeña vasija de arcilla de la misma manera que ellos solían hacer. De esta manera, acompañados por la encantadora guía del museo, hemos conseguido trabajar en nuestros alumnos varios factores muy importantes:
- Hemos aprendido historia de una manera muy entretenida. Que es lo más evidente…
- Hemos practicado la empatía (Inteligencia Interpersonal) es decir ponerse en el lugar de otro. Han entendido a la perfección lo que suponía vivir en aquellos tiempos. Han sido capaces de sentirse alguien diferente sin dejar de ser uno mismo.
- Hemos fomentado la capacidad de trasladarse a un lugar inexistente a través de su imaginación (Inteligencia espacial)
Una actividad de lo más completa que merecía un descanso a su finalización. Por ello, una vez terminada la visita del museo, hemos pasado una agradable mañana en el parque, almorzando, relajándonos y jugando. Porque sí, son niños y deben jugar.
El juego no es un lujo, ni una pérdida de tiempo, es una necesidad.