La naturaleza como aula en el primer ciclo de Educación Infantil

Desde muy temprana edad los niños y niñas se sienten estrechamente vinculados con la naturaleza.


En nuestro colegio los espacios son muy amplios y con mucha luz natural, por lo que apenas necesitamos luz artificial en las aulas. Tenemos acceso directo al patio, una zona de césped donde juegan libremente en un entorno muy natural con árboles, muy tranquilo donde les enseñamos a conocer, respetar, admirar y cuidar su entorno natural y el medio ambiente.


Pero para esta semana tuvimos una gran idea: Jugar y manipular con elementos de la naturaleza para formar su propios conocimientos, es decir, aprendizaje vivenciado. Para ello realizamos varias sesiones.


1° sesión: Partimos de un material sencillo, adaptado a su edad y bajo condiciones ambientales agradables para ellos. Dispusimos en el suelo del aula diferentes cajas, una seguida de la otra, como vagones, con materiales de distintas texturas, pesos y olores: piedras pequeñas, hierbas, plantas aromáticas, cortezas de tronco, arena, piñas…todo ello con un solo objetivo: A Jugar sintiendo y experimentando!!

Con estos materiales percibieron texturas y olores, dudosamente sabores, claro. ¿Y qué trabajamos con ello?
El tacto: suave, rugoso y liso. Peso: ligero y pesado. Olores: suaves, fuertes, agradables, menos agradables. Motricidad fina de agarre o pinza. Compartir materiales. Imitar conductas de otros. Conocimientos de elementos naturales próximos a ellos y sobre todo la cara de felicidad y satisfacción.

Observar la sensación de libertad, arrojar, recoger, apilar, mezclar, volver a coger, con actitud incansable y repetitiva fue la única manera de evaluarlos.

2° sesión: Después de la felicidad y disfrute de nuestros niños y niñas nos propusimos realizar pequeños retos con todos estos materiales en otra sesión.

Una vez experimentado todos los materiales naturales y desarrollado su imaginación,
decidimos insistir en seguir jugando pero con carácter aventurero sintiéndose verdaderos protagonistas.

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Para ello preparamos unos sencillos juegos en nuestro patio:

  • EXPLORADORES
    En este juego quisimos desarrollar de forma divertida y amena la agudeza visual de los más pequeños. Para ello recogimos distintos elementos de nuestro entorno natural, se los enseñamos y como pequeños exploradores tenían que buscar los mismos que estaban esparcidos por el patio.
  • EL TOPO
    Para este divertido juego teníamos que vendarles los ojos y por medio del tacto y olfato tenían que adivinar de qué objeto se trataba como si fueran un auténtico topo.
    La verdad es que les encantó eso de taparse los ojos con un pañuelo.
  • CARRERA DE ÁRBOLES
    A simple vista todos los árboles pueden parecer muy similares entre sí. Gracias a este juego pudieron reconocer de forma sencilla los nombres y diferencias de los árboles de nuestro patio. La profesora decía en voz alta el nombre del árbol y todos corriendo se dirigían a él para abrazarlo.

3° sesión: Como actividad final y como verdaderos cuidadores de su entorno, llegó la sorpresa en otra sesión. Formar parte del desarrollo de su hábitat: plantar sus propias plantas.
Entre los muchos beneficios que aporta la jardinería en los niños pequeños, destacaríamos:
Mejora su autoestima. Es una actividad que produce satisfacción, sobre todo al ver los fantásticos resultados que se obtienen.

  • Ayuda a mejorar sus relaciones interpersonales. Se trata de una actividad colaborativa, donde el niño tiene que cooperar con otros niños o adultos.
  • Crea conciencia ecológica. Aprenden a cuidar el entorno natural, respetando la naturaleza y disfrutando de ella.
  • Tiene un efecto relajante. Está comprobado que la jardinería aporta relajación y tranquilidad, por lo que es ideal para cualquier niño/a y para lo s que son un poco nerviosos, especialmente.
  • Estimula los sentidos. Al manipular tierra, plantas y agua con las manos, estimula las habilidades manuales (motricidad fina), el olfato y la vista.
  • Mejora la concentración.
  • Mejora la capacidad de observación.

A todo esto hay que añadir que se afianzan los lazos emocionales entre los niños y niñas al compartir tiempo juntos y diversión.

Ninguna descripción, ninguna ilustración de cualquier libro puede sustituir a la contemplación de los árboles reales y de toda la vida que nos rodea.
Junto a las familias nos preocupamos de la educación de nuestros niños y niñas, comprometidos en aportar a su futuro valores de amor, respeto y tolerancia con su entorno para un bienestar común.
Observamos y experimentamos con todo aquello que les resulta motivador, para captar su atención y, por lo tanto, favorecer su aprendizaje …y, sobre todo, en el juego, donde el niño y niña en sus tres primeros años de vida encuentra su lugar donde ser feliz.

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