Nos llena de alegría compartir con todos vosotros un proyecto que ha hecho crecer la curiosidad y el entusiasmo en nuestro alumnado. Se trata de “El Viaje del trigo a nuestros alimentos”, una iniciativa educativa creada para que los niños y niñas comprendan de dónde vienen algunos de los alimentos que forman parte de su día a día y, sobre todo, para que conozcan el papel fundamental del trigo en la elaboración de muchos de ellos.
Este proyecto en el Colegio Los Naranjos ha sido mucho más que una simple lección de origen alimentario; ha sido una experiencia sensorial, práctica y llena de aprendizaje. ¡Os contamos todos los detalles!
Explorando el origen del trigo y sus derivados
Para comenzar, los alumnos y alumnas aprendieron que el trigo es un cereal de gran importancia, que pasa por un proceso de transformación antes de convertirse en los ingredientes base de muchos de nuestros alimentos.
Durante el proyecto, los pequeños y pequeñas exploraron productos tan comunes como la harina, los cereales, las rosquilletas y, por supuesto, el pan en sus múltiples formas y variedades. Esta actividad fue una oportunidad única para que los naranjitos y naranjitas descubrieran las diferentes formas en las que el trigo se transforma en productos finales, aprendiendo no solo su origen, sino también el proceso que los lleva hasta nuestras mesas.
Actividades sensoriales y prácticas: descubriendo el tacto y textura de la harina
El proyecto incluyó diversas actividades sensoriales que permitió al alumnado experimentar de manera práctica con los ingredientes y sus texturas. Mediante el uso de sus manos, los alumnos y alumnas tocaron y observaron la textura de la harina, descubriendo cómo el grano de trigo se transforma en un polvo fino y blanco, esencial para tantas recetas.
Esta actividad sensorial es fundamental en el aprendizaje temprano, ya que estimula los sentidos y ayuda a los alumnos y alumnas a relacionar el concepto de transformación con un elemento tangible.
A través de la observación y el tacto, desarrollaron una conexión más profunda y un entendimiento más real del proceso que lleva al trigo a convertirse en parte de nuestros alimentos.
Una experiencia inolvidable: haciendo pan con sus propias manos
Sin duda, uno de los momentos más significativos fue cuando cada alumnos y alumna pudo experimentar la elaboración de su propio pan. Durante esta actividad, aprendieron a mezclar los ingredientes, amasar la masa y darle forma al pan. Esta experiencia no solo les permitió entender el proceso, sino que también fomentó habilidades importantes como la motricidad fina, al manipular los ingredientes y la masa, y el trabajo en equipo.
Además, la elaboración de pan en el aula resultó ser una actividad colaborativa en la que cada uno de ellos y de ellas puso de su parte para conseguir un resultado final, disfrutando de la satisfacción de ver cómo un poco de harina, agua y levadura pueden convertirse en un alimento tan rico como el pan. El trabajo en equipo y la cooperación también fueron los protagonistas en cada paso.
Comprendiendo y valorando el trabajo agrícola y artesanal
El proyecto no solo buscaba enseñar de dónde provienen los alimentos, sino también cultivar en los alumnos y alumnas un mayor respeto y aprecio por el trabajo agrícola y artesanal.
Esta comprensión del trabajo agrícola les permite reconocer el valor de la naturaleza y de las personas que trabajan en el campo, así como la importancia de los métodos artesanales y el esfuerzo que hay detrás de cada alimento que consumimos.
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Este proyecto ha sido una experiencia enriquecedora para todos. Nos enorgullece ver cómo los niños han crecido en su comprensión sobre los alimentos y estamos seguros de que esta experiencia quedará grabada en su memoria. ¡Y quién sabe! Quizás tengamos entre nosotros a futuros panaderos y agricultores que seguirán apreciando y respetando el origen de cada alimento.
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